Existe un homiguero
que asola a mi planta
que cuanto follaje
crece, traga su alma.
La raíz es fuerte,
mantiene el tallo
erguido en lo alto,
con savia de la mejor.
Las hormigas en hilera,
una tras una pasan
destrozando brotes
eliminado rastros.
En el suelo quedan
restos de lo devorado,
entre ellos mi verde,
y mi flor sin encanto.
Tarea penosa encontrar
al hormiguero insensato
pues no quedará otra cosa
que envenenarlo por asalto.
©copyrigth 2011. de Beatriz Liliana Esliman.(derechos reservados del autor)
No hay comentarios:
Publicar un comentario