Cuando todo lo confundes, y estallas,
hubiera deseado no hablar, amordazarme,
y hundir mis palabras en la fosa común,
como en un entierro colectivo y penoso.
Hacerme cadáver de tus dudas siempre vivas,
para que puedas olvidarme hasta siempre...
y que nada ni nadie te cause angustia acobardada,
por sentir que en verdad me amas a escondidas.
No quiero ser colaboradora de tu pena presente,
ni de las incertidumbres que manifiestas diariamente,
porque tú no eres el único ser incierto que desborda,
porque yo te acompaño con la misma sensación.
Te encanta resaltar nuestras muchas diferencias,
pero sin duda, son ellas las que a tí me acercan
y allí, en ellas, es donde mi alma te desea con certeza.
La absurda y quimérica igualdad, me alejaría sin remedio.
En cuanto a la libertad que pregono, obviamente te incluye,
porque no quiero que seas ni esclavo, ni castrado, ni fagocitado
algún día comprenderás que quiero ser seducida por tu amor
más que seducirte, porque quiero que me enamores...
No soy tan fácilmente seducible como lo piensas y pregonas,
no tengo una legión de amantes aburridos y estereotipados a mis pies.
Pero mientras la duda te asista, aunque te quiero, y no es secreto,
no contarás conmigo, porque prefiero tu abrupto olvido.
Las dudas corroen al amor, lo oxidan y lo olvidan, irremediablemente,
si ellas existen no son buenas consejeras, no te llevarán a destino.
prefiero mil veces las certezas, porque construyen, dignfican al otro,
porque no desamparan mi amor, no lo obstruyen ni lo disminuyen.
©copyrigth 2011. de Beatriz Liliana Esliman.(derechos reservados del autor)
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