Me llegan las esquirlas
no has dado en el blanco
aunque abatida no estoy
ni jamás ofrecí batalla.
Silencioso te escondes
tras una honda trinchera,
y disparas a mansalva
aunque tregua te pido.
Tus balas invisibles
dañan certeramente
a los sueños viscerales.
No me rendiré herida.
Alzaré mi única bandera,
la del amor hasta el final.
Serán rehenes los corazones,
pero no seré prisionera.
Cuando sea el momento
ordenaré a las sensaciones
en fila, haciendo fiel honor
aunque me lleguen tus esquirlas.
No serán las granadas,
ni las municiones pesadas,
las que me dejen mortal herida,
sino tu silencio que mata por dolor...
©copyrigth 2011. de Beatriz Liliana Esliman.(derechos reservados del autor)
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