(POESÍA DE BEATRIZ LILIANA ESLIMÁN)
Deshoja corazón tus latidos tenues y misericordiosos,
para colmar el verano de la vida con tintes indelebles,
que no manchen el rostro de quien es su poseedor
para que la belleza se recree en todo su esplendor.
Han dicho en el cielo, que un ángel lloró, bastó una lágrima
que de tan pequeña única se mostró dejando la huella
de un manantial a manera de rocío aún no derramado
en el hueco de sus hermosas mejillas abultadas
Cómo duele la tentación , que prohíbe sentimientos
cuanto más grande es el dolor , más se acrecientan
y no permiten pulverizar los pecados aún no concebidos...
arrastrando sin remedio a un inesperado olvido.
Pero si existe un ángel que una lágrima derramó, será el destino
el que someta su existencia celestial o lo condene a la tierra,
pues no hay pecado que manche las alas y no deje secuelas de amor
y ante tanta incertidumbre el cielo se aviene a un piadoso perdón.
©copyrigth 2010. de Beatriz Liliana Eslimán.( derechos reservados del autor)
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