(POESÍA DE BEATRIZ LILIANA ESLIMÁN)
Los huesos quebrados, deshechos como polvo calcinado
se recuestan en un lecho de ramas, tal alforjas livianas.
La egoista idea de ser "único" se entremezcla con los" otros"
y pide a gritos que lo regresen a la vida que otrora fingía.
Puñado de maltrecho cuerpo humano, que ni bien sufres,
acudes a un salvataje como un naúfrago en las sombras
de tu esquelética soledad que mórbida se hacina sin tregua,
y sientes por un instante los castigos que Caín infligió a Abel...
Impiadoso has de ser, como tu miserable existencia vacía,
y agotas hasta la última esperanza de bondad bien habida.
Inconsolable lustras tus dientes para una mejor sonrisa,
pero nada ha cambiado tu ser de una nada utopía.
Conviértete y solo así convergerás en los palacios
que el paraíso te ha prometido y no desdeñes cumplir
los mandamientos divinos, déjate amar y que tus huesos
en hermosa y joven existencia hallen la piedad prometida.
©copyrigth 2010. de Beatriz Liliana Eslimán.( derechos reservados del autor)
se recuestan en un lecho de ramas, tal alforjas livianas.
La egoista idea de ser "único" se entremezcla con los" otros"
y pide a gritos que lo regresen a la vida que otrora fingía.
Puñado de maltrecho cuerpo humano, que ni bien sufres,
acudes a un salvataje como un naúfrago en las sombras
de tu esquelética soledad que mórbida se hacina sin tregua,
y sientes por un instante los castigos que Caín infligió a Abel...
Impiadoso has de ser, como tu miserable existencia vacía,
y agotas hasta la última esperanza de bondad bien habida.
Inconsolable lustras tus dientes para una mejor sonrisa,
pero nada ha cambiado tu ser de una nada utopía.
Conviértete y solo así convergerás en los palacios
que el paraíso te ha prometido y no desdeñes cumplir
los mandamientos divinos, déjate amar y que tus huesos
en hermosa y joven existencia hallen la piedad prometida.
©copyrigth 2010. de Beatriz Liliana Eslimán.( derechos reservados del autor)
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