(POESIA DE BEATRIZ LILIANA ESLIMÀN)
El hedor que emana del desprecio,
es mortal daga que asesta la realidad.
Cuántas formas diferentes y sigilosas
nos condenan al inevitable destierro.
Las dudas no quieren desprenderse
del corroído corazón objeto del desdén.
Y a deshoras y cabizbajo el ánimo
admite que fue vencido desarmado.
Obró la impune falsedad relativa
que extraña a la verdad sometida.
¿Quién hallará la llave que abra
la cárcel sin rejas del silencio?
Ausente de tus halagos fáciles
que causaron una cita a destiempo,
ahora yo me alejo intempestiva,
sin llanto ni lamento justiciero.
Nada he conquistado, estoy sola,
aunque las promesas fueran juramento
los astros esta noche dan la espalda
y niegan su luz a tanta obscena oscuridad...
©copyrigth 2011. de Beatriz Liliana Esliman.(derechos reservados del autor)
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