Avisaré al cartero, que hoy no deje las cartas,
los remitentes son conocidos pero extraños.
Sólo leeré las que digan la verdad sin atajos,
y que hablen de futuro aún firmadas por un anónimo.
El calor pega en la frente y alucino soledades,
que luego entierro en el edén de la locura
que asoma entre las rejas de esta puerta
invisible que existe entre pasado y presente.
Los ecos de algunas voces retumban campanas
en la cúpula de una iglesia sin santos ni penitentes,
y no hay culto que despierte interés entre sus feligreses
imaginarios sentados en sus bancos inexistentes.
Confraternizo con el paraíso que me llama urgente,
y al rato me escondo para que no me encuentre.
Necesito dejar atrás mis visiones e ilusiones,
atreverme a olvidar pasado y presente sin temor.
Aún queda mucho futuro negociado por vivir
sin mezquindades ni egos que envenenan silenciosos
mi corazón no morderá la manzana que ofrecen,
soy leona, que sobrevirá antes de que me devoren.
©copyrigth 2011. de Beatriz Liliana Esliman.(derechos reservados del autor)
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