Aquieta mi alma los insultos recibidos
que por resentidos e ingratos mueren
antes de llegar a la raíz de mi ser piadoso
porque más vale el perdón que el rencor.
No cabe la traición, y si existió le doy olvido.
Es fácil hablar si se tiene lengua inescrupulosa
condenada a morir aún sin que yo lo pido;
pobre tu espíritu solitario esquivo y perseguido.
Vives de tus propios infiernos, y rechazaste
el cielo que con amor y ternura te ofrecí.
Es verdad! muchos desearían tenerlo...
¡Pero te equivocas no soy un amor de lotería!
pd: guardaré un pedazo de cielo para que
puedas cobijarte de tus fantasmas e infiernos.
Mi piedad humana perdona tus injurias,
porque mi cielo es la paz que te ofrecí
y lo rechazaste como un ángel en el exilio.
©copyrigth 2011. de Beatriz Liliana Esliman.(derechos reservados del autor)
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