Faltabas, yo lo sabía.
Imaginaba tu existir
pero no contaba los días,
ni con la suerte de compañía.
Hoy despierto cerca cada día
cobijando tu intensa presencia,
que la siento ardorosa y muy mía
aún en la noche solitaria y fría.
Arrímate a mi puerta abierta,
no hay llave que no poseas;
cada habitación de cuerpo es tuya
ven, quédate y disfruta de mi calor.
La llama está encendida por los dos,
tu mano tomó la mía muy fuerte,
nuestros espíritus se han encontrado
en un refugio al que llamamos amor.
©copyrigth 2011. de Beatriz Liliana Esliman.(derechos reservados del autor)
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