Despacio, tan lento y suave como puedes
llegas a mí en estado hipnótico de amor.
Hurgas en cada milímetro de piel buscando vida,
aquella que añoras encontar y aparece sorpresiva.
La noche deja paso al día cuando besas mis senos
y ambos llegamos al umbral del paraíso sin permiso
transgrediendo prejuicios y fronteras hasta encontrarnos,
en la húmeda sensación de mi pubis y mis lágrimas.
Nuestras miradas se funden como oro que brilla
y quema en estado líquido resultando precioso.
Son las manos que se entrelazan fuerte y ascienden
cuando estamos juntos, en el abrazo que une soledades.
©copyrigth 2011. de Beatriz Liliana Esliman.(derechos reservados del autor)
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