( POESÍA DE BEATRIZ LILIANA ESLIMÁN)
Qué modesta la belleza, señorial y confesa,
más le vale que sea ella destinataria sumisa
de la mirada delirante y de pupila espesa
para seducir como sermón en larga misa.
Creída y aviesa notables corazones refleja,
en las aguas de manantiales y vertederos
con silueta de mujer de curva despareja
mejillas rozagantes y tintes verdaderos.
Qué modesta la belleza, que inquieta nace
entre lirios y madreselvas en tiempos urgentes
por derramar sus aromas que el aire esparce
en muslos amantes y senos turgentes.
No se hallane a vivir de amor en desamor,
ni le quite coraza el llanto inmerecido
porque de piel en piel, absorbe el olor
de quien la abraza en este día amenecido.
de la mirada delirante y de pupila espesa
para seducir como sermón en larga misa.
Creída y aviesa notables corazones refleja,
en las aguas de manantiales y vertederos
con silueta de mujer de curva despareja
mejillas rozagantes y tintes verdaderos.
Qué modesta la belleza, que inquieta nace
entre lirios y madreselvas en tiempos urgentes
por derramar sus aromas que el aire esparce
en muslos amantes y senos turgentes.
No se hallane a vivir de amor en desamor,
ni le quite coraza el llanto inmerecido
porque de piel en piel, absorbe el olor
de quien la abraza en este día amenecido.
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