(POESÍA DE BEATRIZ LILIANA ESLIMÁN)
La calle es el escenario de esta vacía noche sin estrellas.
Camino sin rumbo definido, me acompañan verdades bellas.
No existe atajo a la vuelta de la esquina, me toparé con él sin querer,
no podré evitar que sus sombras me acompañen en este anochecer.
Qué endemoniado placer el de la soledad que todo lo riega,
cuánto hastío en la espera del fantasma que tu presente niega.
Mientras, mis manos en los bolsillos agujereados se hielan;
no quiero otra noche sin estrellas, con susurros que duelan.
Ven, mi telefóno no ha sonado esta vez, pero quiero verte,
gatillar el arma que esta mañana compré en actitud inerte.
Desaparece porque te maldigo sin pronunciar nombre,
solo permíteme descargar mi ira en tu miserable muerte de hombre...
©copyrigth 2011. de Beatriz Liliana Esliman.(derechos reservados del autor)
No existe atajo a la vuelta de la esquina, me toparé con él sin querer,
no podré evitar que sus sombras me acompañen en este anochecer.
Qué endemoniado placer el de la soledad que todo lo riega,
cuánto hastío en la espera del fantasma que tu presente niega.
Mientras, mis manos en los bolsillos agujereados se hielan;
no quiero otra noche sin estrellas, con susurros que duelan.
Ven, mi telefóno no ha sonado esta vez, pero quiero verte,
gatillar el arma que esta mañana compré en actitud inerte.
Desaparece porque te maldigo sin pronunciar nombre,
solo permíteme descargar mi ira en tu miserable muerte de hombre...
©copyrigth 2011. de Beatriz Liliana Esliman.(derechos reservados del autor)
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