(POESÍA DE BEATRIZ LILIANA ESLIMÁN)
Aún crujen en mis oídos las palabras que ayer pronunciara,
intrépidas, irrespetuosas y maldecidas por tu venganza;
en mi pequeña casa de abecedarios en donde tus jeroglíficos
se juntan con sarcófagos milenarios de tus mentiras sagradas.
Ni el Nilo, ni las aguas del Tigris o del Eufrates te inundan,
siempre quedas a salvo en alguna pirámide no descubierta
como si dos eternos amos de la muerte te dieran la oscuridad
para mantenerte a resguardo de la luz de tu imperio desvanecido.
Te crees faraón, amo y señor de lo que nunca ha existido,
mientras la diosa Isis peina los cabellos de Nefertiti inmóvil
que yaciente y adornada con joyas y telas, se pudre sin más
mientras una negra araña acaricia su rostro y una serpiente
vocifera las condenas de gente como tú, profanador de amores...
©copyrigth 2011. de Beatriz Liliana Esliman.(derechos reservados del autor)
en mi pequeña casa de abecedarios en donde tus jeroglíficos
se juntan con sarcófagos milenarios de tus mentiras sagradas.
Ni el Nilo, ni las aguas del Tigris o del Eufrates te inundan,
siempre quedas a salvo en alguna pirámide no descubierta
como si dos eternos amos de la muerte te dieran la oscuridad
para mantenerte a resguardo de la luz de tu imperio desvanecido.
Te crees faraón, amo y señor de lo que nunca ha existido,
mientras la diosa Isis peina los cabellos de Nefertiti inmóvil
que yaciente y adornada con joyas y telas, se pudre sin más
mientras una negra araña acaricia su rostro y una serpiente
vocifera las condenas de gente como tú, profanador de amores...
©copyrigth 2011. de Beatriz Liliana Esliman.(derechos reservados del autor)
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