(POESÍA DE BEATRIZ LILIANA ESLIMAN)
¡Cuánto cielo! ¡qué infinito es el techo de este mundo!
Alzo mi ojos y encuentro pedazos de nubes corriendo,
en busca de un destino incierto, frágiles y sin rumbo.
Olvido que te has ido, me suelto, ya no estoy muriendo.
Los azules son el manto que cubre mi destierro celestial,
y el sol quema cicatrizando heridas que mi piel expone.
Espero la lluvia, para que limpie lo que tengo de bestial,
y lloro a escondidas porque mi ira pequeña se depone.
Oxigeno mis pulmones con el viento, expiro pecados,
cierro los ojos y la noche se acerca a iluminar con luna.
Aún arrastro con grilletes tus recuerdos y los soñados.
Estoy despierta, me convierto en noctámbula bruma.
Soy mujer, mi orgullo me lo susurra al oído despacio,
el miedo se disipa y el dolor es un espantoso recuerdo.
Con mi mejor sonrisa miro al cielo que me regala un espacio,
no retrocedo, y esbozo un nuevo sonreir, nada en mí es cuerdo.
©copyrigth 2011. de Beatriz Liliana Esliman.(derechos reservados del autor)
en busca de un destino incierto, frágiles y sin rumbo.
Olvido que te has ido, me suelto, ya no estoy muriendo.
Los azules son el manto que cubre mi destierro celestial,
y el sol quema cicatrizando heridas que mi piel expone.
Espero la lluvia, para que limpie lo que tengo de bestial,
y lloro a escondidas porque mi ira pequeña se depone.
Oxigeno mis pulmones con el viento, expiro pecados,
cierro los ojos y la noche se acerca a iluminar con luna.
Aún arrastro con grilletes tus recuerdos y los soñados.
Estoy despierta, me convierto en noctámbula bruma.
Soy mujer, mi orgullo me lo susurra al oído despacio,
el miedo se disipa y el dolor es un espantoso recuerdo.
Con mi mejor sonrisa miro al cielo que me regala un espacio,
no retrocedo, y esbozo un nuevo sonreir, nada en mí es cuerdo.
©copyrigth 2011. de Beatriz Liliana Esliman.(derechos reservados del autor)
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